Si tienes un nuevo hámster en casa, encontrar un espacio acogedor y adecuado para él es una de tus primeras acciones.

Para la elección del hogar de los hámsteres deberemos respetar sus hábitos naturales, como que: son animalitos solitarios, viven por su cuenta, son muy activos, les encanta trepar y son unos grandes artistas de las fugas. También suelen ser muy territoriales por lo que suele ser buena idea tener un hámster por jaula; así evitaremos que se peleen y se hagan daño entre ellos.

A partir de aquí, no nos sirve cualquier recipiente, tenemos diversos caminos a tener en cuenta que influirán en la elección final:

Deberemos colocar la jaula en un lugar cálido, donde no circulen corrientes de aire y allí donde el sol no les den directamente (tienen los ojos delicados para la exposición solar y el exceso de temperatura tampoco les va bien para la salud).

La seguridad, esencial para que no se escape ni se hagan daño. Siempre es mejor una jaula específica para hámsteres. En este sentido las encontramos de plástico, en forma de cubeta, que no pueden escalar y son duras para ser roídas, o metálicas con barrotes, muy fuertes. En este caso, siempre vigilando que su separación es proporcional al tamaño del animal; si hacemos servir jaulas de pájaros, conejos o chinchilla salen con mucha más facilidad.

También las puertas son un punto débil, a veces les pueden abrir. Tendremos que revisar su cierre de tanto en tanto y siempre dejarlas bien fijas.

Desaconsejamos otros materiales que no sean de plástico duro o metálico. De cartón o madera, el hámster puede hacer un agujero royendo con facilidad y escaparse.

Para la seguridad del animal el suelo tiene que ser uniforme en cualquiera de los casos, porque si fuese de barrotes se le pueden deformar las patas y no les es cómoda.

La ventilación también es fundamental. La jaula tiene que ser transpirable, que permita el flujo de aire a través suyo, así evitaremos que se retenga humedad; puesto que sino, sería un ambiente bueno para el cultivo de bacterias y insalubre para la mascota. Las de barrotes son la opción mejor y más sencilla, en las de plástico, tendremos en cuenta que tenga suficientes agujeros para que se produzca correctamente la ventilación.

Buscar una proporción adecuada entre el tamaño de la jaula, que haya suficiente espacio para que se mueva, juegue y corra el hámster, y la facilidad de limpieza; que nos haga sencilla esta tarea y nos permita lavarla más a menudo (una vez a la semana está bien). Hace falta prestar atención que una jaula grande para la mascota está muy bien, pero aconsejamos no coger una demasiado grande, porque llevan un exceso de accesorios y hace que resulte complicado el lavado.

Para minimizar la dispersión de comida y sustrato fuera de la jaula cuando el animalillo escarbe y prepare su nido, escogeremos una que tenga una base profunda. De la misma manera, procuraremos que sea lisa para optimizar la limpieza. Además, hoy en día las jaulas están preparadas o diseñadas con agujeros para poder colgar bebederos y comederos al exterior, por lo que no se han de colocar en el interior con el riesgo de que se derramen.

Considerar la necesidad de un equipamiento mínimo para que se lo pase bien y esté entretenido. Las jaulas pueden ser de uno, dos, tres pisos, con tubos que hacen giros, etc., casi como un parque de atracciones para ellos, pero lo esencial es que cuenten con un comedero, bebedero, la rueda (silenciosa cuando se hace servir, sobre todo si la jaula está en un dormitorio) y la caseta (donde se refugiará y resguardará del frío y que llenará de lana para hacerse el nido).

Para asesoramiento personalizado o para una consulta con más detalle, os invitamos a acudir a cualquiera de nuestros centros.